Proyecto EVER, carreteras adaptadas a las necesidades de los coches eléctricos


Como sabemos, la gran limitación actual del coche eléctrico radica en las baterías que sirven para acumular la energía necesaria para su desplazamiento. El peso y tamaño de las baterías, su autonomía, el coste económico y los tiempos de carga son factores que, de momento, hacen que no sea una tecnología competitiva ante vehículos comunes.

Una variante del coche eléctrico, hasta ahora más teórica que práctica, es el vehículo de inducción en el que la propia carretera funcionaría como una línea eléctrica que proporcionaría la energía suficiente a cada vehículo que transitara por ella por medio de inducción electromagnética. ¿Qué supondría esta tecnología?. Pues que los coches no necesitarían disponer de baterías en las que acumular la energía para su movimiento. Las emisiones contaminantes de este tipo de motores son cero, y si la electricidad de la que se alimentara la carretera fuera producida por energías renovables, entonces las emisiones indirectas también serían cero. Está claro que el reto sería la electrificación de toda la red de carreteras y calles de nuestras ciudades para la circulación, que además de su coste económico se convertirían en líneas eléctricas de media tensión.

Y aunque aún se encuentra en fase experimental esta tecnología hay quien está dando pasos importantes. Un grupo de estudiantes de la universidad japonesa de Toyohashi, dentro del llamado Proyecto EVER (Electric Vehicle on Electrified Roadway), ha conseguido inducir energía a través de un bloque de hormigón de 10 centímetros. La energía suministrada (entre 50 y 60 W) con una eficiencia del 80-90 % es capaz de mover 2 neumáticos unidos por un eje.

Su siguiente reto es conseguir el mismo resultado a través de una plataforma de cemento de 20 centímetros de grosor, de similar estructura a las carreteras niponas, acercándose así a condiciones cercanas a la realidad.

Para que este tipo de tecnología pueda empezar a ser una opción viable será necesario poder transmitir unas 100 veces la cantidad de energía suministrada en el experimento. Aunque todavía queda mucho por investigar los responsables del proyecto son optimistas y piensan que los elementos necesarios para mejorar el sistema actual se encuentran ya a su alcance.