Para conseguir optimizar el tráfico en las ciudades tiene cada vez más importancia contar con sistemas informáticos que permitan realizar simulaciones al detalle, teniendo en cuenta las diferentes variables que influyen en el resultado final, y pudiendo observar comportamientos tanto individualizados como integrados, de todas estas variables.
Por este motivo, resulta habitual que los gestores del tráfico en las ciudades estén utilizando sistemas que permiten predecir las implicaciones sobre el tráfico que pueden causar grandes eventos futuros, situaciones excepcionales o acontecimientos que se celebran en las ciudades, ofreciendo alternativas, con sus implicaciones, para la gestión del tráfico durante esos días.
Igualmente, los modelos de simulación permiten gestionar de una forma más eficaz el tráfico en el día a día, analizando todos los elementos que entran en juego (semáforos, calles, etcétera), y ofreciendo soluciones para mejorar la fluidez del mismo.
Para conseguir que las simulaciones realmente sean útiles, es imprescindible también verificar y validar los resultados obtenidos, para evitar que haya datos erróneos producidos por factores que es muy difícil tener en cuenta, o que al menos, es imprescindible contar con ellos en la evaluación previa. Por ejemplo, resulta casi imposible identificar con detalle algunos factores que pueden afectar al comportamiento del conductor (puede ser, por ejemplo, un mal día en su casa), que puede determinar una mayor o menor agresividad al volante, así como el efecto que puede provocar este tipo de conductores en otros con los que se encuentra en su camino.
Por este motivo, siempre las simulaciones pueden diferir un poco de las realidades que nos encontramos, por lo que es muy importante también la labor de las personas que analizan estas simulaciones, para interpretar de la forma correcta sus resultados, trasladándolos al mundo real.
Muchos inputs de entrada (elementos a tener en cuenta), junto con un análisis detallado de las alternativas, conociendo al detalle los elementos que son más difíciles de evaluar, es la mejor forma para que el gestor de la carretera pueda tomar las medidas necesarias (en tiempo real, o ante eventos determinados) que faciliten la movilidad de todos los vehículos.
Modelos de sistema de simulación hay muchos, y en Tecnocarreteras hemos mostrado bastantes de ellos (hace poco, uno basado en señales luminosas previas al semáforo oficial), pero es fundamental tener claras las ventajas de estas tecnologías, y también, los aspectos que hay que controlar, para garantizar su eficacia.
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