Las últimas pruebas realizadas han confirmado que los vehículos autónomos son capaces de ir sin problemas por autopistas y autovías, cubriendo trayectos largos en los que apenas han tenido incidentes. Sin embargo, todavía es preciso garantizar que sean capaces de resolver las situaciones más complejas, que se producen siempre en las ciudades, antes de plantearse cualquier posible comercialización.
Para conseguir recrear las condiciones complejas de una ciudad, sin poner en riesgo a ningún ciudadano, se está creando en Ann Arbor (Michigan – EEUU) una compleja simulación de ciudad, con todos los elementos que pueden complicar la circulación: marcas viales borrosas, intersecciones complejas, atascos frecuentes, e incluso peatones mecánicos impredecibles, que será necesario sortear si se lanzan a la vía.
Este entorno se está desarrollando fundamentalmente para pulir los aspectos del coche autónomo que pueden causar más problemas, como son aquellos en los que se presenta una interacción de los coches con las personas, o los imprevistos que pueden surgir en escenarios reales.
Conseguir recrear el mayor número posible de situaciones complejas permitirá pulir el software de estos sistemas, antes de que funcionen en un entorno real donde ya es necesario garantizar que no habrá inconvenientes.
Sin duda, este nuevo paso dado, va a servir de campo idóneo de pruebas para los principales desarrolladores de de vehículos autónomos en la actualidad, y va a suponer un nuevo empujón a una tecnología, que cada día está más cerca de estar presente en nuestras vidas.
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