La primera regla básica de todo buen anuncio es que debe llamar la atención de sus usuarios, y para ello, muchas veces, se recurre a contenidos o mensajes provocativos, que buscan la reacción de quienes lo ven.
Muchos de los conductores que hayan circulado por las calles de Toronto habrán pensado que esta provocación ha llegado muy lejos cuando hayan visto los enormes carteles publicitarios con un mensaje claro «conduce y escribe mensajes«, que en teoría era promovido por una funeraria…
Sin embargo, de la indignación han debido pasar al asombro cuando hayan visto que, detrás de una supuesta funeraria, no existe tal empresa sino que era una empresa falsa con una única misión: Concienciar a los usuarios del enorme peligro de enviar mensajes mientras se está conduciendo.
Una campaña realmente original, provocadora y, posiblemente, eficaz. Esperemos que los conductores se conciencien de una vez de que, al volante, ninguna distracción es admisible.
A veces me veo tentado a utilizar esta estrategia en twiter… Y a veces lo hago