En este blog hemos hablado en varias ocasiones de la creciente importancia que están adquiriendo los servicios tecnológicos basados en el crowdsourcing, es decir, cuyo contenido es aportado por los ciudadanos, que cuentan con los medios tecnológicos (móviles de última generación o tabletas) que les permiten acceder a Internet desde cualquier lugar.
Este concepto, aplicado a las tecnologías para le transporte, permite obtener una gran cantidad de información (posición, velocidad, ruta por la que circulan, temperatura, etcétera), que puede ser proporcionada por los conductores que circulan por cada vía de forma automática (el propio móvil envía la información sin precisar control directo humano, una vez que se ha habilitado la aplicación).
Toda esta gran cantidad de datos puede ser recibida por el servicio informático apropiado, permitiendo ofrecer a los usuarios servicios útiles de planificación de rutas teniendo en cuenta el tráfico real en ese momento, alertar de posibles tramos de congestión o de obras, sugerir rutas más rápidas o económicas, o alertar de condiciones meteorológicas adversas, entre otros muchos escenarios posibles.
La implantación de estas tecnologías colaborativas tienen la enorme ventaja de que suponen una fracción muy pequeña del coste que supondría captar toda esa información con los sistemas tradicionales como cámaras instaladas en la carretera, estaciones de aforos o estaciones meteorológicas. Este proceso democrático y de colaboración representa un cambio radical en la forma en que la información del tráfico es capturada y consumida.
En esta línea, resulta muy interesante conocer la opinión de Jim Bak, el director de comunicación de Inrix, una de las empresas líderes en proveer información del tráfico en las ciudades, y pioneras en el uso del crowdsourcing. Bak hace especialmente hincapié en la importancia de la precisión y el tiempo real del flujo de datos, señalando que el principal reto del crowdsourcing es la latencia, ya que si los datos no se actualizan muy rápido, no se puede ofrecer un producto de alta calidad.
Parece claro también deducir que la irrupción del crowdsourcing y sus medios asociados va a obligar a los fabricantes de automóviles a reevaluar la importancia y funcionalidad de los sistemas de navegación actuales existentes en sus automóviles.
Si la información sobre el tráfico que ofrecen los vehículos a sus conductores no es adecuada, o no está completamente actualizada, esto va a afectar directamente en la percepción sobre la calidad de ese automóvil. De la misma manera, el fenómeno crowdsourcing está provocando que los fabricantes tradicionales de gama alta de dispositivos de navegación portátiles (PND) se vean obligados a reducir los precios aún más para competir con la oferta gratuita en los teléfonos inteligentes.
Sin duda, un escenario muy interesante en el que cada día los usuarios van a tener una participación más bidireccional, no sólo consumiendo contenidos, sino también produciéndolos.