Conseguir una movilidad más eficaz y respetuosa con el medio ambiente, que evite los atascos de tráfico, aumente la seguridad en las ciudades, y configure un entorno donde se armonicen las relaciones de peatones, medios de transporte privados y medios públicos, es uno de los grandes retos de las ciudades del Siglo XXI.
Para ello, existen algunas medidas comunes que se están desarrollando en las ciudades más avanzadas en esta línea:
- Potenciar el uso de vehículos eléctricos a nivel privado (con subvenciones y apoyos como aumentar las zonas de carga) e ir reemplazando los transportes púbicos (autobuses) por flotas también eléctricas.
- Facilitar al máximo el transporte público:
- Mejorar el uso de la tecnología para dar a conocer el medio de transporte más adecuado para cada trayecto.
- Apostar por sistemas innovadores como el modelo de transporte público bajo demanda
- Mejorar la seguridad, con la implantación de sistemas de comunicación C2X, y un uso más inteligente de los sistemas de transporte.
- Apostar por medidas de carsharing, así como de fomento de la bicicleta (creando vías exclusivas).
Conseguir racionalizar el uso del coche privado (ofreciendo alternativas que sean mejores, es decir, un transporte público eficaz y rápido, así como facilitando el desplazamiento con la bici), es un primer paso que se debería dar en las ciudades, como primera medida para ir mejorando la movilidad y la vida en las mismas.
A partir de ahí, es importante ir trabajando en todas las líneas comentadas (y en muchas otras), para que las ciudades se adapten realmente a las necesidades de los ciudadanos del Siglo XXI.