Después de analizar diferentes sistemas destinados a contabilizar el número de ciclistas que transitan por la ciudad, el Ayuntamiento de Zaragoza se ha decantado por instalar espiras inductivas, que indiquen los ciclistas que pasan por las zonas donde estén colocadas.
Las espiras, también utilizadas para contar vehículos en las carreteras, detectan las variaciones que provoca el ciclista a su paso, incorporando la información en el sistema para acabar contabilizando todos los pasos de ciclistas por esa zona.
La idea es conocer la evolución del número de ciclistas en cada zona, las vías más utilizadas, y las que apenas se usan, y que toda esta información recopilada pueda servir para establecer nuevas rutas, y conocer bien cómo facilitar la movilidad en bicicleta.
Como leemos en la noticia del Heraldo, otros sistemas de conteo han sido descartados por diferentes motivos, habiendo realizado también pruebas con cámaras de visión artificial, que no han sido satisfactorias.
Igualmente, se está estudiando la posibilidad de adquirir sistemas de conteo móviles, que permitan reubicarlos en diferentes zonas, para poder cubrir más áreas, ya que existe mucha zona que controlar, y los recursos no son ilimitados.
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