La gestión avanzada de la explotación de carreteras: Indicadores y objetivos de las Cartas de Servicios (3/6)


Los indicadores: Tal como ya se ha expuesto, los Indicadores aparecen al implantar los Sistemas de Gestión y los hay, fundamentalmente, de dos tipos completamente diferentes:

  • Indicadores Operacionales, relacionados con la gestión de la Vialidad. Estos Indicadores se refieren siempre al cumplimiento de los plazos que se fijan a priori para actuar y que figuran en la Carta de Servicios de la Vialidad. Analizan tiempos, siempre después de la correspondiente actuación de Vialidad. En realidad, sirven para evaluar el comportamiento de la organización y de los equipos dedicados a la Vialidad. En los contratos de concesiones o de conservación por indicadores los indicadores operacionales suelen ser mayoría.
  • Indicadores estructurales, o de estado de los elementos, que aparecen en los Sistemas de Gestión de la Conservación Ordinaria, Rehabilitación e incluso en los de Mejora. Forman parte intrínseca de los Sistemas de Gestión, y por ello de la programación de las actividades. Muestran el “estado” en el que se encuentra un elemento concreto en un momento dado, en formato numérico, de manera que se puedan comparar con los máximos que tolera la correspondiente Carta de Servicios. A la vista de esta comparación, se deberá programar la actuación correspondiente en aquellos elementos en los que no se cumplan los niveles establecidos por la citada Carta de Servicios.

Los indicadores estructurales son muy variados, en función del tipo de operación a que se refieran y del elemento de la carretera. No obstante, tienen siempre algo en común: son valores numéricos, o al menos escalables.

Resumiendo: en las operaciones de Vialidad, los Indicadores analizan la respuesta de los equipos.

En las Operaciones de Conservación y Mejora, los Indicadores son un instrumento del Sistema de Gestión y se utilizan para optimizar la programación de las actuaciones necesarias.

Las Cartas de Servicios: Cada Sistema de Gestión incluye una serie de objetivos que deben ser establecidos por el Organismo responsable de la explotación de la carretera. Simplificando, estos objetivos son dobles:

  • Plazos máximos para actuar.
  • Indicadores a conseguir.

Desde el momento en el que se implanta un Sistema de Gestión, implícitamente se está ofreciendo a los usuarios de la carretera un nivel de calidad en ella. De ahí que el conjunto de plazos para actuar y los indicadores-límite tolerables constituyan una auténtica “Carta de Servicios”, que se ofrece al usuario.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que se trata de un conjunto de objetivos, no de “derechos” en el aspecto estrictamente legal de la palabra. De hecho, estos objetivos pueden variar de unos Sectores de Conservación a otros, en función de los medios disponibles y del periodo de tiempo que lleve implantado el Sistema de Gestión.

El conjunto plazos-indicadores está incluido en todas las Cartas de Servicios. No obstante, tal como se ha visto, el Sistema de Gestión de la Vialidad difiere del resto de Sistemas:

  • Las actividades de Vialidad vienen determinadas por los plazos que establece la Carta de Servicios. Los indicadores operacionales son resultado de las actuaciones llevadas a cabo. La Carta de Servicios exigirá, posteriormente, que estos indicadores superen el nivel mínimo de calidad que se desea obtener.
  • En cambio, en el resto de actividades, las actividades a llevar a cabo vienen determinadas por los indicadores estructurales, o de estado de los elementos. Si estos indicadores superan los valores-límite establecidos por la Carta de Servicios, ésta fija unos plazos máximos para llevar a cabo la actuación.

En los denominados “contratos por indicadores” (o en las concesiones, que también los incluyen), es importante tener en cuenta lo anteriormente expuesto y distinguir entre la Vialidad y el resto de actividades. El contenido contractual de los indicadores que suelen figurar en estos Pliegos debe ser, precisamente, la Carta de Servicios de los Sistemas de Gestión que deben ponerse en marcha por los adjudicatarios o concesionarios.