Además de la importancia que tiene tener unas carreteras bien conservadas para garantizar la seguridad de los que circulan por ellas, hay que añadir un nuevo aspecto a tener en cuenta, y es que la contaminación aumenta de forma importante cuando se circula por carreteras en mal estado.
Un reciente estudio realizado por la Asociación Española de la Carretera (AEC), junto con la Plataforma “Ponle Freno” y Mercedes Benz, titulado Análisis de la relación entre el estado de conservación del pavimento, el consumo de combustible y las emisiones de los vehículos, ha cuantificado el impacto medioambiental de tener unas carreteras en mal estado, ofreciendo los siguientes datos en sus ensayos realizados en un tramo de 46 kilómetros
- Vehículos ligeros: Las emisiones de CO2 disminuyen una media del 3,5 % al circular por un asfalto en buenas condiciones.
- Vehículos pesados: Las emisiones de CO2 disminuyen una media del 4 % al circular por un asfalto en buenas condiciones.
- Si el pavimento presenta un deterioro estructural importante (grietas en las rodadas, baches, deformaciones, agrietamiento grueso, desintegraciones graves…), los problemas aumentan:
- Los vehículos ligeros llegan a emitir hasta un 9 % más de CO2.
- Los vehículos pesados llegan a emitir hasta un 6 % más de CO2.
- Si el pavimento presenta un deterioro es superficial, las emisiones se incrementan un 5% y un 4% para cada tipo de vehículo.
Por este motivo, añadido al de la seguridad citado al inicio, resulta imprescindible contar con unas carreteras bien conservadas, y para ello es necesario destinar los fondos que permitan realizar estos trabajos de una forma adecuada.