Desde hace años conocemos los radares, unos sistemas utilizados para controlar la velocidad de los vehículos, pero ahora existe un nuevo modelo, conocido como radar medusa, que va a tener otro uso.
Los radares medusa se van a utilizar para medir el ruido de los vehículos, con el objetivo de poder multar a aquellos que sobrepasen un nivel acústico determinado, para luchar contra la contaminación acústica cada vez más acusada en nuestras ciudades.
Para ello, el radar dispone de cinco micrófonos y una cámara de 360 grados que permite identificar a los vehículos que han cometido la infracción (en principio aquellos que superen los 90 decibelios), para su posterior sanción.
De momento se han instalado a modo de prueba (sin multar) en Barcelona, con el objetivo de comprobar su fiabilidad y eficacia, y poder comenzar su expansión a otras regiones.