La historia de las grandes ciudades se ha configurado sobre un esquema de sólidas redes de transporte que han creado riqueza. Esto sucede todavía, y la facilidad de empresarios, comerciantes, turistas y ciudadanos de acceder a la ciudad determina el éxito de la economía local.
Aunque las autoridades locales sienten la necesidad de reducir el tráfico en sus vías, siguen teniendo la idea de que estas medidas pueden reducir asímismo la riqueza, es delicado buscar el equilibrio. En cualquier caso mucho tráfico con ruido supone molestias, contaminación y problemas de salud; todo ello lleva a los ciudadanos a salir de la ciudad o a zonas más residenciales. Esto no soluciona el problema porque tienen que volver al trabajo, etc, lo que sigue presionando al alza el tráfico.
Es importante encontrar una forma de control del acceso a las áreas más congestionadas fomentando otros usos alternativos del transporte para que no se vea la medida como una prohibición general. La realidad de las ciudades es que no se puede aumentar el número ni la capacidad de las vías, por lo tanto las infraestructuras existentes tienen que ser gestionadas de la manera más inteligente posible. A menudo se intenta crear nuevas líneas de bus pero esto congestiona el tráfico en superficie y suele ser peor el remedio que la enfermedad: las congestiones de circulación aumentan.
Una mejor opción es controlar o restringir el acceso según el tipo de vehículos que las autoridades prioricen. Los controles automáticos tienen grandes beneficios, son más baratos, permiten a las autoridades la modificación de los mismos según el día, demanda o flujo de tráfico. Veamos algunos ejemplos en cuidades que se están llevando a cabo estas actuaciones.
- El ejemplo más antiguo en Europa es Londres que impuso una tasa desde el año 2003 y ha reducido un 30% el tráfico en el centro durante el día. Es un actuación selectiva, los vehículos eléctricos están exentos, y tampoco se aplica antes de las 7 a.m ni después de las 6 p.m, ni fines de semana ni festivos.
- No solo Londres está teniendo éxito con estas iniciativas, Suecia, Italia y Noruega están trabajando es estos esquemas. En Holanda se han centrado en las emisiones y han elegido 16 zonas de bajas emisiones. No todos los vehículos están excluidos de estas zonas aunque las tasas para circular son tan altas que, en la práctica, ha eliminado casi todos los coches.
- En Bolonia (Italia) se ha cortado el tráfico en el centro aunque hay un número de pases por dia al precio de 5?. En Milán se paga por el acceso al centro en función de las emisiones del vehículo, siendo gratuita la circulación para los vehículos eléctricos o híbridos.
A nivel mundial se está trabajando en dos grandes objetivos en cuanto al tráfico en ciudades. El primero es reducir a la mitad para el año 2030 los coches con sistemas de combustión tradicionales y el segundo su eliminación de las ciudades para el año 2050. Solo se pueden conseguir estos hitos mediante la regulación del tráfico. El reto será mantener la riqueza mientras se regula el flujo de tráfico.