Pues según leemos en la revista muy interesante, un reciente estudio realizado en la Universidad de Exeter no deja lugar a dudas: nuestro cerebro comprende mucho antes la dirección a seguir cuando la muestra el dibujo de una mano con un dedo apuntando, que con las señales actuales (con las flechas típicas). Es más, la visualización de estas imágenes también ofrece una comprensión más rápida con respecto a opciones puramente textuales como «derecha» o «izquierda».
El experimento realizado fue un paso más allá, y demostró que incluso la imagen de unos ojos mirando en una dirección concreta tenía un efecto más rápido de comprensión que las señales tradicionales.
Esto llevó a los autores a concluir que las llamadas señales biológicas (es decir, las que se efectúan con dedos, manos, ojos o partes del organismo), resultan mucho más eficaces para dirigir la atención de un individuo que otras más «artificiales», ya que nuestro cerebro las asimila mejor, al emplearse de forma muy habitual en la comunicación no verbal.
¿Veremos algún día emplear este tipo de señales, sustituyendo a las tradicionales de tráfico? Esperemos que, en ese caso, las imágenes sean un poco «más agradables» que la que acompaña este artículo.