Hasta la aparición de los modernos sistemas de navegación por satélite, los tradicionales mapas en papel han sido claves para circular por aquellos lugares desconocidos en los que nunca se había estado.
Pero aunque no llegaron a imponerse entre los conductores, desde hace muchos años ya se trató de facilitar la tarea de situarse en la ruta y seguir el trayecto adecuado mediante la tecnología del momento. Si hace tiempo os hablamos del Auto Mapa, un precursor del GPS que surgió en la década de los 50 del siglo pasado, hoy queremos presentar un sistema similar que apareció en los primeros años de la década de 1930.
Se trata del Iter Avto, un dispositivo que se instalaba en el salpicadero del coche y que contenía unos mapas de papel enrollados que iban mostrándose a medida que el coche avanzaba. Para lograr sincronizar el avance del mapa en la “pantalla” de Iter Avto con el avance real del vehículo sobre la carretera, se conectaba el velocímetro del coche con el dispositivo y el mecanismo interno se encargaba de mover el mapa según la velocidad que el coche llevaba para tratar de mostrar siempre la zona por la que se estaba circulando.
Este sistema, creado en Italia y que, seguramente, es el primer sistema de navegación específico para automóviles, se vendía, como hoy sucede hoy en día con los navegadores GPS, conjuntamente con los mapas que el usuario requería.
Suponemos que lo que hizo que estos sistemas no llegaran a proliferar es que debía resultar bastante farragoso tener que cambiar manualmente cada rollo de mapa cada vez que se terminaba, seguramente resultaba poco práctico y algo incómodo. En cualquier caso seguro que han servido de inspiración para el desarrollo de los sistemas modernos que hoy disfrutamos.