Pautas para aplicar de una forma eficaz las deducciones en los contratos de conservación de carreteras


En la gestión de infraestructuras, especialmente en la conservación y explotación de carreteras, se utiliza generalmente una división de responsabilidades entre los diferentes implicados. El dueño de la infraestructura (en la mayoría de los casos, el Estado, si bien pueden ser propiedad de empresas o consorcios) suele subcontratar los trabajos de conservación a otras empresas (empresas especialistas en este tipo de mantenimientos), y a su vez subcontrata asistencias técnicas a otras empresas, también especialistas en su campo.

Generalmente, la empresa que ofrece la asistencia técnica es la que sirve de unión entre la propietaria de la infraestructura y la empresa concesionaria que realiza el mantenimiento de la misma. En el caso de carreteras y autopistas estatales, la empresa que ofrece asistencia técnica no suele ser tal, sino que es una Demarcación o Unidad de Carreteras que forma parte del Ministerio / Secretaría relacionado con el transporte y las infraestructuras. En este caso, la asistencia técnica se encarga, además de dar parte a la parte propietaria de los trabajos que se llevan a cabo, a controlar a las empresas de conservación.

Dado este esquema, una de las formas de poder controlar el correcto mantenimiento de la infraestructura es mediante la aplicación de deducciones. En el caso de no realizar de forma eficiente las relativas tareas de mantenimiento, la empresa concesionaria verá reducido el importe económico de su proyecto o contrato. Si en dicho contrato se indicaba que por cada tarea no realizada dentro de un plazo de tiempo (Carta de Servicios) se descontaría un porcentaje (por ejemplo, un 1%) del importe total del proyecto, a la empresa concesionaria le interesa realizar el mayor número de tareas, o incluso organizarse para realizar aquellas cuyo mayor impacto en las deducciones vaya a causar a su empresa.

Visto desde un punto lógico, esta forma de actuar puede ser correcta: La empresa concesionaria va a intentar ser lo más eficiente posible para realizar en plazo el mayor número de tareas. Pero, ¿qué sucede si los parámetros de las deducciones no son adecuados? El importe a deducir se disparará incluso cuando la empresa concesionaria sea muy eficiente… y llegado a este punto, la empresa se centrará en realizar las tareas de mantenimiento que consideren menos peligrosas económicamente para su empresa, en lugar de realizar todas las que sean realmente necesarias para la conservación de la carretera.

¿A qué nos referimos con esto? A que una empresa mantenedora que realice de forma eficiente su trabajo puede realizar un 90% de las tareas asignadas dentro de plazo, y un 10% fuera de plazo. En estos casos en los que no se cumple el plazo puede ser por múltiples razones comprensibles (por ejemplo, haya habido un derrumbe de un terraplen que requiera muchos recursos, por lo que otras tareas menos importantes puedan haberse dejado de lado durante el tiempo en el que se corregían los desperfectos), o incluso estar fuera de plazo por solo unos minutos.

Entonces, ¿qué es preferible para el correcto mantenimiento de la carretera? ¿Una empresa A que realice el 10% de tareas de mantenimiento fuera de plazo por razones comprensibles o estando en ese 10% de tareas fuera de plazo por minutos o una empresa B que realice fuera de plazo sólo un 1% de las tareas de mantenimiento, pero pasándose de plazo meses y meses? Económicamente, si nos basamos en las deducciones, la empresa más rentable es la B, con solo 1% de tareas que le reportan deducciones… pero para el ciudadano y conductor será mucho mejor la empresa A. En este ejemplo, puede haber un bache que pueda provocar accidentes durante meses y meses con la empresa B… mientras que con la empresa A aunque no llegue fuera de plazo lo corregirá mucho antes.

Con todo esto, no decimos que el método de deducciones sea erróneo, solo que hay que saber aplicarlo caso por caso. Parece lógico pensar que a la empresa A no habría que deducirle nada (ya que realiza su labor de mantenimiento de manera muy eficiente), mientras que sí que habría que sancionar a la empresa B, aunque el software de cálculo de deducciones diga lo contrario.

Otro problema de estos contratos con deducciones es que suelen copiarse de unos contratos a otros, incluyendo la copia de legislaciones entre diferentes paises aunque el entorno sea completamente diferente, sin saber muy bien porqué, creyendo que son buenas ideas aplicables cuando en el fondo pueden ser todo lo contrario. Los errores de lógica se arrastran, no se corrigen.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el objetivo de la Conservación y Explotación de carreteras (o infraestructuras de cualquier tipo) es mantener la infraestructura en el mejor estado posible, cosa que las empresas de mantenimiento pueden olvidar cuando están siendo vigilados por un sistema de deducciones. Como ya hemos comentado antes, estas empresas pueden centrarse más en ver qué tareas les producen menor impacto económico antes que pensar en las posibles vidas que se pueden salvar por realizar una tarea en lugar de otra.

¿Y hay una manera de controlar la eficiencia de una empresa mantenedora? Para poder calcular deducciones hay que poder llevar control en todo momento de las operaciones y tareas a realizar y su estado. El número de estas tareas puede ser muy alto, por lo que se requiere un sistema similar a SmartRoads, con capacidad de almacenar una gran cantidad de datos (para tramos de sólo 50-100Km pueden llegar a producirse más de 10000 incidencias anuales) y realizar los diferentes informes y gráficas para su análisis y visualización en detalle de las diferentes operaciones.