Aunque en estas latitudes todavía no es la época, en unos pocos meses podremos volver a encontrar en nuestras carreteras un fenómeno peligroso como es la presencia de hielo. En Nueva Zelanda, donde el invierno está dando sus últimos coletazos, se están instalando en fase de prueba en una carretera de la región de Otago unos dispositivos para alertar a los conductores de la presencia de hielo en la vía y evitar así posibles accidentes.
Se trata de unos marcadores que se instalan incrustados en el asfalto que detectan si se ha formado hielo en la superficie y en ese caso emiten una luz azul parpadeante (LED) para avisar de esa forma a los conductores de que tomen las debidas medidas de precaución.
El invento que lo han denominado PATeye tiene forma cuadrada (de unos 12 cm de lado) y está fabricado con materiales resistentes para soportar el tráfico y las inclemencias meteorológicas. Está alimentado por una pequeña placa solar situada en la parte superior que capta la luz del sol y recarga la batería interna que, tras 8 horas de insolación, puede ofrecer más de 450 horas continuadas de luz parpadeante. La luz es visible a 500 metros de distancia e incluso, en caso de que el dispositivo sea cubierto por una capa fina de nieve, sigue pudiéndose recibir la señal lumínica por parte de los conductores. Según sus creadores, cada uno de estos marcadores puede tener una vida útil de 5 años.
Los datos de las autoridades de esa región arrojan que entre 2008 y 2012 se produjeron 520 accidentes por causa del hielo que causaron 175 heridos. Con la instalación de estos dispositivos están seguros de poder reducir el número y la gravedad de estos accidentes.
En Tecnocarreteras hemos mostrado con anterioridad otras posibles opciones para alertar a los conductores de que se ha formado hielo sobre el asfalto como un pavimento que cambia de color o marcas viales con pintura termosensible.