Especial vehículos autónomos: ¿Qué son y cuándo surgen?


El automóvil autónomo consiste en un conjunto de tecnologías que aplicadas a los vehículos hacen que éstos sean capaces de desplazarse desde una localización a otra de forma segura y eficiente, sin depender de un conductor.

Estas tecnologías permiten al vehículo obtener toda la información de interés del entorno en el que se encuentra (estado de la carretera, velocidad y dirección del vehículo, localización y movimiento de obstáculos / personas, entre otras muchas), y procesarla en microsegundos para permitir tomar decisiones al instante (por ejemplo, cambiar la trayectoria del vehículo o frenar). Esto hace que las necesidades de un conductor se vean reducidas notablemente, hasta llegar a un escenario final donde no es necesaria su participación.

La idea de fabricar un vehículo de este tipo viene de largo. En la década de 1920 en Estados Unidos hubo varias pruebas de conducción sin conductor, por medio de vehículos radio controlados y antenas instaladas a lo largo de varias calles, pero no dejaban de ser meras demostraciones o atracciones de ferias locales, y siempre había una persona que guiaba a los vehículos. En la década de 1950, también en Estados Unidos y gracias a la colaboración con General Motors, se instalaron en varios tramos de autopista circuitos eléctricos en el asfalto, lo que permitía a los vehículos de pruebas, que tenían sensores en su chasis, poder seguir estas guías de forma autónoma, modificando su trayectoria y velocidad. En diferentes pruebas, a lo largo de los años siguientes, los sensores fueron sustituidos por guías metálicas, llegando a circular en el Reino Unido en los años 60 un vehículo Citroen autónomo.

En décadas posteriores, sobre todo a partir de 1990, se incorporan a los vehículos nuevas tecnologías mucho más avanzadas, como la navegación mediante GPS o sensores infrarrojos, evolución que ha llegado hasta nuestro tiempo. Comienza entonces también una carrera para desarrollar vehículos militares no tripulados, capaces de recorrer cientos de kilómetros por terrenos abruptos, como los proyectos Demo del DARPA y la US Army.

Mientras que los fabricantes de vehículos tradicionales han continuado en la línea de incorporar progresivamente automatismos y sistemas para facilitar determinadas partes de la conducción (como sensores de aparcamiento), en los últimos tiempos han surgido nuevos actores, que vienen de sectores diferentes, entre los que destaca el gigante tecnológico Google, cuya concepto es desarrollar de forma integral el coche autónomo, sin pasos intermedios,  algo que ya han conseguido poner en funcionamiento con éxito en entornos de prueba.

Las perspectivas de futuro parecen optimistas, y tanto Google como alguno de los principales fabricantes de vehículos hablan de que en una fecha próxima al año 2020, podrían empezar a comercializarse este tipo de vehículos para el gran público. Aunque el trabajo actual de estos fabricantes está siendo garantizar una seguridad y fiabilidad de los sistemas cercana al 100 %, y reducir los costes de la tecnología integrada en el vehículo, no parece que el coste vaya a ser el principal problema que determine el éxito de esta tecnología para el gran público.