Carreteras de madera, una idea que al final hubo que rechazar


Ideas originales, y efímeras, relacionadas con la construcción de las carreteras a lo largo de la historia ha habido muchas: Si hace ya algún tiempo vimos cómo en Madrid se decidió pavimentar con corcho una calle, a finales del Siglo XIX, para reducir el ruido en la misma, hoy queremos mostrar otra iniciativa similar, de esa época, para construir carreteras de madera.

El objetivo era conseguir carreteras seguras, rápidas de implantar y económicas, para lo cual, según vemos en la web de Cabovolo.com, se consideró en Estados Unidos que era más útil sustituir los medios tradicionales utilizados (el uso de grava o tierra, más caro de mantener), por madera.

La idea, que provenía del ingeniero George Geddes, era sencilla y en apariencia eficaz: Colocar dos líneas paralelas de troncos, separadas un metro y medio, a modo de cimientos, y de forma perpendicular a esos troncos unos tablones, de forma que el propio peso de la estructura daba la estabilidad necesaria al sistema, sin tener que necesitar medidas adicionales.

 

Como sucede con cualquier innovación de estas características, las aparentes ventajas del sistema (superficie lisa, fácil de limpiar, e inmune a lluvia y nieve, permitiendo velocidades mayores que las actuales), provocaron que, en muy poco tiempo, un elevado número de compañías contribuyeran al desarrollo de nuevas vías utilizando este material, que parecía iba a reemplazar definitivamente a los existentes hasta la fecha.

Sin embargo, a pesar de que durante los primeros tiempos el sistema funcionó, y además funcionó muy adecuadamente, todo se vino abajo a los 4 años: la madera sufría un deterioro tan importante con el paso del tiempo que exigía su sustitución.

Tener que sustituir la madera en tan poco tiempo eliminó una de las principales ventajas del sistema (su precio), e hizo que, poco a poco, conforme se iban degradando, fueran desapareciendo y ya siendo sustituidas, de las zonas en las que se habían puesto.

Sin duda, una idea que parecía muy buena, pero que al final no resultó como sus responsables pensaban.