Cada vez son más las regiones que están apostando por lo que se conoce como las carreteras solares, vías que integran paneles en el suelo para conseguir, por una parte, que los vehículos eléctricos puedan recargarse durante su trayecto, y por otra, contar con energía adicional capaz de ser transferida para otros usos.
Si hace un tiempo mostramos en este blog los avances de Francia, Holanda o EEUU, ahora es China, el gigante asiático, el que está en plena construcción de su segunda carretera solar, en Jinan.
Esta nueva infraestructura desarrollada cuenta con tres capas:
- Capa interior: Cubierta sólida, para evitar que las placas esten a ras de suelo, y aislar los paneles para protegerlos de las inclemencias climatológicas.
- Capa intermedia: Es la capa donde se encuentran los paneles solares, protegidos pero asequibles a la luz del sol.
- Capa superior (visible), de cemento transparente, que facilita a los rayos del sol llegar a los paneles.
Además, las pruebas de laboratorio garantizan que los nuevos sistemas permiten la circulación sin problemas de vehículos pesados, demostrando que estas carreteras solares son capaces de soportar niveles de circulación similares a las vías tradicionales.