Autor: César Hinojosa

Imaginando el futuro para orientar la I+D+i de una empresa


El genio de la informática Alan Kay ha pasado a la historia por una frase que es casi un axioma de obligado cumplimiento en las empresas tecnológicas:  «La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo». Pues bien, a esta frase le deberíamos añadir otra que la debería preceder y es que para inventar el futuro, es imprescindible que alguien se dedique a imaginar cómo debe ser.

En esto precisamente emplean una importante parte su tiempo el personal de determinados departamentos en las empresas dedicadas a la I+D+I que deben imaginar aquello que nadie ha desarrollado todavía y pensar la forma de llevarlo a cabo.

En un reciente artículo publicado en la revista New Scientist, se entrevista a la persona encargada de esta labor en la Ford Motor Company, Sheryl Connelly, donde ofrece su visión particular de su apasionante actividad.

Según Sheryl, ella no es ninguna maniática de los coches. Para realizar su trabajo dice que no se fija en la industria del automóvil (para eso ya existen muchos otros trabajadores en la empresa), sino que enfoca su función en detectar las tendencias que puedan suponer un nicho de negocio en donde dirigir los esfuerzos de los ingenieros de la compañía. Para ello estudia el entorno social, tecnológico, económico, ambiental y político, para comprender por donde pueden caminar las tendencias futuras.

Finalmente, a los ingenieros les propone escenarios de ficción sobre el futuro, casi provocativos, que están basados en hechos reales según las tendencias que hay en la actualidad para que sean ellos los que con sus conocimientos puedan crear las soluciones tecnológicas que puedan incluirse en los automóviles y adaptarlos a esos escenarios futuros. Suena muy parecido a la labor que ejercía Steve Jobs en su empresa, y que ha llevado a Apple a ser el gigante que es hoy en día.

Para Sheryl, los factores que mas pueden influir en las tendencias de los coches del futuro son el crecimiento poblacional y las grandes ciudades donde se plantean los grandes retos de movilidad. Además, el envejecimiento paulatino de la población con las mejoras en la calidad de vida (al menos en el primer mundo) hace que haya que ir pensado en que los coches sean diseñados para ser más fácilmente conducidos por esas personas mayores con movilidad reducida.

Aunque, según indica, su trabajo puede ser en ocasiones un poco desalentador (cualquier idea, por muy brillante que sea, puede tardar mucho en ver la luz), sin duda se trata de una de las labores más apasionantes que se pueden realizar en cualquier compañía.

 

La Universidad de Cataluña presenta un interesante curso de Posgrado en Smart Mobility

Dos de los sectores de negocio que van a requerir en el futuro una mayor presencia de profesionales, y una mejor formación de los mismos son los relativos a los Sistemas Inteligentes de Transporte y a las Ciudades Inteligentes. Si hasta ahora no había una educación reglada que se centrara por completo en las necesidades existentes en estos campos, la Universidad Politécnica de Cataluña pretende subsanar esta carencia, y acaba de presentar su "Posgrado en Smart Mobility: Sistemas Inteligentes de Transporte"

Algoritmos que pueden ayudar a predecir accidentes

Una de las aplicaciones más curiosas de las matemáticas es su capacidad de predecir ciertos comportamientos humanos, utilizando complejos algoritmos. En este sentido, en Estados Unidos se han desarrollado aplicaciones informáticas utilizadas por la policía para, analizando y procesando datos estadísticos del pasado, poder realizar predicciones de en qué lugares, en qué días y bajo qué condiciones es más probable que se comentan conductas criminales. El objetivo es poder adelantarse y patrullar por esas zonas que pueden ser más conflictivas para intentar evitar que se cometa algún delito. Programas como PredPol o Blue CRUSH son utilizados por las policías de California o Tennessee y les sirven para enfocar mejor sus esfuerzos y actuar en el lugar adecuado en el momento preciso. [Continuar leyendo]

Sensores biométricos para determinar si el conductor puede responder una llamada en el vehículo

A pesar de que todos somos conscientes del peligro que supone hablar por teléfono cuando estamos conduciendo, por desgracia no siempre actuamos en consecuencia. Este peligro también existe aunque contemos con un manos libres, estando demostrado que prestar atención a una conversación telefónica reduce nuestra capacidad de atención a las múltiples circunstancias que debemos tener en cuenta en la conducción. [Continuar leyendo]