Los sistemas de visión e inteligencia artificial pueden resultar un complemento muy interesante para la gestión de la seguridad vial, ofreciendo una nueva vía de análisis y resultados de gran utilidad para el gestor.
En primer lugar, está claro que para hacer una gestión eficaz de la seguridad vial es imprescindible contar con un sistema que permita registrar cómodamente todos los accidentes ocurridos (con su ficha correspondiente), y utilice esa información para elaborar gráficos (listados a medida de las necesidades del gestor) para visualizar la información sobre el mapa (indicando zonas con mayor o menor accidentalidad), y para calcular índices necesarios para comparar (como los índices de peligrosidad y de mortalidad, entre otros).
Una vez tenemos toda esta información imprescindible, un siguiente paso en el que se puede trabajar es en incorporar sistemas de visión e inteligencia artificial que nos permitan obtener la información de problemas existentes que no han acabado en accidente (y que por tanto no se han registrado en el sistema, y no se tendrán en cuenta en el futuro).
La ventaja, además, es que se podrían utilizar las imágenes obtenidas automáticamente de las cámaras colocadas para, con el sistema adecuado de visión e inteligencia artificial, detectar automáticamente problemas como los siguientes:
- Coches que se han salido de la vía (aunque hayan podido volver), que han invadido zonas que no debían, o han efectuado algún volantazo >> la existencia de varias incidencias de este tipo en una zona concreta sería una señal de un problema.
- Acelerones o frenazos bruscos de los vehículos.
- Vehículos circulando en sentido contrario.
- Peatones que invaden la calzada por zonas incorrectas.
- Atascos o potenciales problemas de tráfico.
Toda esta información podría complementar los sistemas de seguridad vial, ofreciendo un mecanismo de prevención de problemas que permita al gestor actuar antes de que sea demasiado tarde.
